En la
historiografía diversos autores, han tratado estos dos aspectos de diversas formas.
Hegel y Marx coincidían en que el motor de la historia se daba a través de la dialéctica,
aunque el primero en el terreno de las ideas, el segundo en un campo
completamente materialista. Igualmente diferían en los agentes o actores de la
historia. Hegel creía en el papel de los superhombres y los Estados, Marx en la
acción de las clases sociales.
Por ello, el cómo se comprende la
Historia es fundamental para escribir historia. Este pequeño trabajo intenta
dar unas pautas introductoras y sencillas. Como siempre hay que partir de la
realidad. ¿Quiénes son los agentes del cambio histórico? ¿Los políticos? ¿Las
masas? O ¿Son las masas simples
espectadores de los sucesos? ¿Se le debe llamar masas o mayorías o pueblo? Creo
que antes de ver los agentes de la historia, puede ser más sencillo considerar
cual es el motor de la historia.
La
Historia, entendida con mayúscula, no puede distinguirse de la humanidad. ¿Cuál
es el motor de la humanidad? Es difícil, por no decir imposible definir una
naturaleza humana. Sin embargo, mirando hacia atrás en la historia, el rasgo
particular que ha definido al hombre, y de manera particular en occidente ha
sido el individualismo y el egoísmo. Su egoísmo puede extenderse a proteger el
interese de su familia, pero nunca mucho más lejos. (Se puede argumentar que en
ocasiones los hombres hacen cosas por el pueblo, la ciudad y/o el Estado, pero
en un contexto que se debe comprender también egoísta. En caso el sujeto,
observa estos en términos de propiedad o pertenencia “mi” ciudad, “mi” Estado,
mi pueblo). Existen excepciones pero estas no son significativas como
influencias en el desarrollo de la Historia.
Partiendo
de este supuesto se establece que toda acción humana debe ser comprendida como
un acción que parte de y para el intereses del individuo o del circulo cercano
familiar del sujeto realizador de la acción. Y esto es válido para todos, desde
los jefes de Estado, hasta los hombres más humildes, pasando por los
intelectuales y los artistas.
Al
entenderse el hombre como un ser egoísta se hace evidente la necesidad del
Estado, pero sobre todo la necesidad de la Ley. Pues el Estado establece los
marcos mínimos de convivencia y civilidad necesarios para el desarrollo de su
población particular. Sin embargo, los individuos que controlan el Estado, son
al igual que todos los demás seres humanos, mezquinos y egoístas, y por ello la
ley debe privar sobre todos, incluyéndolos por supuesto.
Así
llegamos a los agentes de la Historia. Creo que todos los individuos del mundo
son parte de la Historia, y son agentes de la Historia. El efecto de la mayoría
es mínimo, pero se debe entender como las gotas del mar. Una sola gota es
intrascendente, sin embargo una corriente o un tsunami es imparable.
Pero
los agentes más importantes en la Historia, han sido los Estados. En todo
sentido, al interior fijan políticas económicas que definen el sentido de la
existencia de millones de seres humanos. Al exterior, sus prácticas
internacionales influyen igualmente en el desarrollo de otros Estados.
Aunque
se debe acotar que no son los únicos agentes, y hay contextos históricos
específicos donde su intervención es nula, o no se puede limitar a ellos para
explicar una situación o fenómeno.
Es
decir, la historia como hablábamos en el texto anterior debe partir de los
hechos, pero a través de una marco teórico debe transformar esos hechos en una
texto que aporte un conocimiento significativo sobre el grupo social o el
“objeto histórico” sobre el cual se desarrolla la propia historia. Algunos
textos abordan la historia de un Estado en particular en algún periodo, o un
enfrentamiento entre Estados, como pueden ser las guerras. Pero incluso en
estas historias estatales, existen agentes que nos son Estados, clases
sociales, comunidades de creyentes, agrupaciones profesionales, etc. Esta
situación es especialmente evidente en las historias que no se interesan en las
dinámicas estatales; estudio de la vida privada, de la música y el arte.
Por
ello una de las tareas del historiador es al estudiar el fenómeno de interés
determinar los agentes que influyen en él; así como su nivel de interacción.
Pues algo fundamental de comprender, es como ya se dijo, la Historia tiene como
agentes a toda la humanidad, por lo tanto tiene infinito de actores. Sin
embargo, en cada fenómeno, hay un número limitado de actores cuyas acciones son
realmente significativas y es responsabilidad del historiador descubrirlos.